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jueves, 2 de junio de 2016

Placeres de la vida que son gratis o casi gratis

placeres de la vida

¿Quién dijo que lo mejor de la vida es caro? Tch. ¡Ni en broma! Lo mejor mejor, los mejores momentos, esos en los que tu cuerpo se estremece de gusto, que los piensas y te recorre una sensación placentera de arriba a abajo, son gratis (o casi).

Nadie dice que vayan a ser momentos inolvidables, ojo. Estoy hablando de esas pequeñas cosas que hacen nuestro día a día más llevadero, esas que se repiten con frecuencia pero que, aun así, no dejan de provocarnos gustirrinín. Y no hablo de sexo, OJO CUIDAO, que los estoy viendo. Hablo de lo siguiente, a ver si coincidimos en algún microplacer:

1. UNA DUCHA LARGA

Por el motivo que sea, estás sucio. Llevas todo el día por ahí de excursión, has estado de viaje y en tu alojamiento la ducha no tenía presión… en fin, estos ejemplos son para entrar en situación… El caso es que llegas a casa y te metes bajo la ducha: temperatura justa, a tu gusto, con la presión perfecta… y, mirad, es que lo pienso y me entran ganas de ducharme. Ahhhh

2. QUITARTE UNOS ZAPATOS QUE TE MOLESTAN

Estrenas zapatos. No te hacen un daño horrible, pero hay un puntito… en el empeine, en el talón, en un dedo… que se te va clavando… La otra opción es esos tacones que a cada paso se te recoloca un riñón. Y ahora imagina que estás en el rellano de la escalera de tu casa y ya te los puedes quitar y dejar que tu pie se desparrame libre… ahhhhh…

3. QUITARTE ALGO DE ROPA QUE TE APRIETA

Pensabas que era buena idea comprarte ese pantalón media talla más pequeño de la que usas, pero pensaste que adelgazarías en lugar de… y, claro, no. Te lo pones por la mañana y todo va bien hasta que en un momento dado del día se te empieza a clavar la costura de la cinturilla y cuando te das cuenta casi tienes la piel en carne viva…
Este punto también aplica al sujetador. Una mujer está en casa cuando se lo quita. No digo más. Ahhhh

4. IR AL WC CUANDO TIENES GANAS DESDE HACE RATO

Te meas too o, lo que es peor, te c… por la pata, pero o no encuentras un sitio para aliviarte (fíjate ya en la expresión) o estás en algún sitio del que no te puedes mover en un rato. Cambias de postura, tratando de que no se te note nada… hasta que por fin puedes ir al baño y… ahhhh

5. DORMIR EN TU CAMA DESPUÉS DE VARIOS DÍAS FUERA

Este es un punto bastante viejuno, pero tan cierto como que el sol sale por el este. Te vas de viaje y duermes unos cuantos días fuera de casa. No importa lo cómoda que sea la cama en la que duermas, da igual si es la tuya desde los 10, si es un hotel de super lujo full equip… cuando, por fin, vuelves a tu cama y a tu almohada, al recostarte, haces ahhhh…

6. METERTE EN LA CAMA DESPUÉS DE UNA NOCHE DE FARRA

Sales por ahí de farra. Planazo. El que sea. Te lo estás pasando genial y en un momento dado hay que terminar la función y volver a casita a dormir. Estás medio pedo o pedo completamente. Después de quitarte los zapatos y lo que te apriete (puntos dos y tres), lo siguiente es acostarte en la cama. Si eres chica, la mayor parte de las veces ni te quitarás el maquillaje… ya habrá un mañana.

7. ECHARTE LA SIESTA

Comes tarde. Has madrugado. Según estás terminando de comer te empieza a entrar ese soporcillo tan característico que hace que quieras salir corriendo a tumbarte en el sofá, en la cama o repantingarte en tu sillón favorito. Lo haces, entornas un poco los ojillos y sabes que llegan esos minutillos de desconexión y ahhhh…

8. BEBER ALGO FRÍO DESPUÉS DE HABER ESTADO AL SOL

En este punto también aplica comerte un helado, claro. Estás en la playa o en cualquier otro sitio al solazo. Hace calor, mucho calor… pero no puedes beber nada: te has olvidado la cartera o, bueno, por lo que sea en ese momento no puedes… Así que tu gana se va ampliando, ampliando… hasta que llegas a casa, abres la nevera y… ahhhh

9. TENER POR DELANTE MUUUCHOS DÍAS DE VACACIONES

Por motivos evidentes, este punto no aplica a las personas que no tienen trabajo. Como decía Pippi Langstrumpf, si no vamos al colegio, no podemos tener vacaciones… pues eso. Primeras horas de vacaciones, tras una temporada de duro estrés laboral… lo piensas… y te percatas de que tienes por delante un montón de días y… ahhhh

10. QUEDARTE SOLO EN CASA CUANDO HAS TENIDO INVITADOS

Navidades, Semanas Santas, cumpleaños de los niños (o de los mayores). Tienes un montón de gente en casa. Te encanta, la gente no supone un problema y eres feliz cocinando para setecientos y teniendo que hacer cola para entrar en tu propio baño o cerrando / abriendo esa puerta que a ti tanto te gusta tener abierta / cerrada. Pero en un momento dado, llegan las despedidas y cuando el último invitado se va… ahhhh

11. LEVANTARSE CUANDO TODOS DUERMEN

Sabes que el siguiente en levantarse lo hará en un par de horas, todo está (casi) a oscuras… y tienes esas dos horas para hacer lo que mejor te parezca: leer, escribir o lo que tú quieras… y sólo de pensarlo… ahhhh

12. UN ABRAZO DE OSO

Estás de bajona y te apetece un mimo gigante y justo en ese momento, viene tu madre / padre, amigo del alma, marido / mujer, hijo y… ahhhhh

¿Cuáles son tus momentos ahhhh? ¿Te has reconocido en alguna de las situaciones anteriores? ¡Confiesa ahora o calla para siempre!
Unadocenade.com

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