El hígado es uno de los órganos más importantes del
cuerpo. Tiene muchas funciones, incluyendo la transformación de los alimentos
en energía, la producción de bilis que ayuda a la digestión, la eliminación de
las toxinas y el alcohol en la sangre. Existen muchos tipos de enfermedad
hepática, a consecuencia de la ingesta de algunos medicamentos, alcohol y otras
sustancias tóxicas. Así como también patologías autoinmunes, virales y
metabólicas.
Existen múltiples herramientas diagnostica para
estudiar la causa que afecta el hígado. Entre estas se encuentran las pruebas
sanguíneas, técnicas de imagenologia, como el ultrasonido, tomografía,
resonancia magnética y la biopsia del hígado. Esta última que puede ser vía
laparoscopia, percutánea guiada por tomografía o por ecografía.
Las biopsias hepáticas que consisten en la
obtención de tejido hepático para el estudio del hígado, usualmente se realiza
para evaluar: 1- Análisis anormales de sangre (enzimas hepáticas elevadas, niveles
elevados de cobre o plomo en la sangre) 2- El hígado aumentado de tamaño sin
causa aclarada. 3- La gravedad de la enfermedad hepática. 4- El progreso de la
terapia para una enfermedad hepática especifica. 5- Tumor Hepático. 6- El
hígado después de un trasplante. 7- Fiebre, cuando se desconoce la causa.
La biopsia hepática, hoy en día, es un
procedimiento con mayor índice de seguridad y disminución de complicaciones,
posterior a la mejor selección del método adecuado al paciente. Frecuentemente,
con la técnica percutánea, ecoguiada, el paciente permanece un periodo muy
corto de observación sin hospitalización y sin dolor, siempre que se encuentre
en manos de expertos con un profundo entrenamiento para realizarlo.
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