La mitad de los trastornos estomacales, como la dispepsia, conocida como indigestión, la gastritis e incluso las úlceras, son causados por factores psicológicos como la ansiedad.
Expertos explicaron que ella puede producir o empeorar la dispepsia, posiblemente al incrementar la percepción de sensaciones desagradables, lo cual hace que un malestar menor pueda volverse muy angustioso.
En otros casos puede empeorar la anormal sensibilidad en el estómago o provocar que una persona suspire o respire con dificultad y trague aire.
La conexión entre el cerebro y el sistema digestivo es tanta que a veces se necesita de una valoración psicológica para diagnosticar los problemas, aseguraron. Algunos trastornos digestivos pueden afectar simultáneamente muchas partes del sistema digestivo.
Causan así diarrea, estreñimiento, hemorragia y reflujo, que es el regreso del contenido gástrico hacia el esófago sin que haya náuseas.
Los trastornos gástricos pueden ser tratados con una variedad de opciones terapéuticas que van desde antiácidos hasta inhibidores de la bomba de protones, cuya acción principal es la reducción pronunciada y duradera de la producción de ácido en el jugo gástrico. Para evitar este tipo de trastornos, además, se recomienda modificar el estilo de vida y reducir las situaciones que puedan generar estrés. Fuente : Elnacional.com
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