Menos de la mitad de los soldados que regresan de las trincheras busca tratamiento psicológico. Los especialistas ya determinaron la relación entre el estrés post traumático y los diversos grados de demencia. Tras examinar a más de 181 mil ex-combatientes, las más recientes investigaciones concluyeron que son frecuentes las pesadillas, el abuso de sustancias y alcohol y los trastornos mentales. El dolor de recordar y la inminencia del olvido.
Ir a la guerra es un antes y un después en la vida de una persona. Ya sea que se alisten por convicción o de manera obligada, las experiencias ocurridas en el campo de batalla vuelven a casa con los soldados.
Las secuelas abstractas son las que más duelen. Los encuentros cercanos con la muerte pueden arruinar la salud mental de muchos hombres y mujeres que combatieron y provocarles estrés post traumático (EPT). El trastorno llega a ser muy debilitante, ya que suelen tener intensos recuerdos y pesadillas aterradoras. Muchos no pueden seguir normalmente con sus vidas, tienen problemas para conservar los empleos y se aíslan de sus seres queridos. En ocasiones, se vuelven alcohólicos, adictos a las drogas, o consumen grandes cantidades de medicamentos para combatir el insomnio. (SIGUE)
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