Tal es la ferocidad con la que el coronavirus puede atacar a los pulmones, incluso las personas sanas pueden enfermarse gravemente y morir. Podría venir en forma de una enfermedad como la neumonía o el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), que impide que el oxígeno llegue a los órganos vitales.
Normalmente, el oxígeno entraría por la tráquea y se dirigiría a los pulmones, llenando sacos de aire que luego ingresan a los glóbulos rojos, que a su vez circulan alrededor del corazón y el cuerpo y el coronavirus detiene el oxígeno antes de que llegue a los pulmones, comenzando un efecto dominó para el resto del cuerpo.
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