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domingo, 3 de abril de 2016

Venezuela, un país de caos y colapso.




La reciente caída de los precios del crudo ha golpeado fuertemente la economía venezolana, a tal punto que la crisis se ha extendido a todos los niveles. Alimentos, electricidad, agua potable y medicamentos, son alguno de los sectores que han anunciado el inicio o el desarrollo de un proceso de recesión sin salida. 

El Niño, un fenómeno climático relacionado con el calentamiento del Pacífico oriental ecuatorial, es hoy en día una de las grandes preocupaciones del Gobierno. Y es que si no se toman acciones urgentes el servicio eléctrico podría colapsar a principios del mes de abril y dejar sin suministro de luz al 70% del territorio nacional, ya que Venezuela consume más energía eléctrica de la que genera, pero además genera menos de la que se podría con la capacidad instalada.

Se calcula que la escasez de medicamentos actualmente es de 80%; que la falta de mantenimiento de equipos médicos y la rápida reproducción de epidemias, pinta algo nada favorable para el país en este tema. El caso se agrava en los pacientes con enfermedades crónicas. Al menos 16 principios activos de los 26 fármacos más importantes para tratar a pacientes con cáncer escasean en los anaqueles del país.

Las desoladas imágenes de los principales puertos del país y los constantes saqueos, arrojan un diagnóstico muy malo de cómo será el 2016. Con el correr de las semanas, las colas por abastecer de alimentos las neveras venezolanas son cada vez peores.Venezuela arrastra desde hace años una aguda y cada vez más acentuada escasez de alimentos que, según diversas encuestas, está entre el 50 y 60% de los productos básicos.

La situación económica del país es extremadamente grave. Los indicadores económicos son alarmantes. Según cifras del Banco Central de Venezuela 2015 cerró con una inflación de 180%, la más alta del mundo, y la proyección para este año es superior. En cuanto al déficit fiscal se ubica en dos dígitos por quinto año consecutivo y la impresión de moneda inorgánica se aceleró a principios de 2016. 

Por su parte, el Producto Interno Bruto cayó -7,1% y se estima que descienda al menos 7 puntos más en los siguientes 12 meses. El panorama es igual para las reservas internacionales que cerraron la semana en 13.501 millones de dólares estadounidenses (USD), su punto más bajo en 17 años. A ello se le suma la fuga de capitales más elevada del planeta pese al control de cambio impuesto desde 2003, la reciente devaluación de la moneda y el aumento de 600% de la gasolina.

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