Vulvovaginitis, una patología frecuente en la edad pediátrica.

La inflamación vulvovaginal es el padecimiento más común de las niñas, antes de la pubertad. En la población infantil la mayoría de los casos son tratados por médicos pediatras, aunque es muy probable que se consulte a los ginecólogos en los casos en que las menores no respondan al tratamiento.

Se define la vulvovaginitis como una inflamación de la vulva y vagina. En las niñas, por lo general la vulva se inflama sin involucrar a la vagina, y cuando la afecta lo hace en forma secundaria.

Hay varias razones por las cuales las niñas prepúberes son especialmente sensibles a la vulvovaginitis. Desde el punto de vista anatómico, la vulva de las niñas esta desprotegida al carecer de las almohadillas de los labios o el vello púbico de las mujeres adultas. La piel vulvar es muy delgada, sensible y se irrita fácilmente a consecuencia de traumatismo o exposición a agentes irritantes externos. La mucosa de la vagina es también delgada, calida y húmeda, lo cual la hace un excelente medio de cultivo para el desarrollo de bacterias.

Adicionalmente a estas obvias diferencias estructurales y biológicas, en muchos casos la higiene de las pequeñas es deficiente, pues no se lavan bien las manos y a menudo juegan en sitios donde hay tierra y suciedad, contaminando la vulva con bacterias al tocarse con las manos. Otra cuestión que amerita la consulta con un ginecólogo es la sospecha de un cuerpo extraño dentro de la vagina o de abuso sexual.

En casi todos los casos, los padres llevan a sus hijas al medico cuando advierten que estas tienen secreciones, incomodidad, prurito o síntomas urinarios (por lo común, irritación en la vulva o ardor al orinar).

El examen de la paciente pedriática con vulvovaginitis requiere de una cuidadosa valoración, que toma en cuenta la susceptibilidad de la menor respecto a su pudor y privacidad. Además el médico debe ser flexible al realizar el estudio, explicar a los padres que si bien es frecuente la patología a esta edad, no es normal y se debe orientar sobre la higiene adecuada de los genitales de la niña y evitar el uso innecesario de antibiótico en la mayoría de los casos.