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martes, 1 de diciembre de 2009

Vida Sana - Soldera Infantil.

Los niños pasan por diferentes etapas en su desarrollo evolutivo y en cada una de ellas, pueden apreciarse distintas conductas, sentimientos, etc. La sordera, marca este desarrollo con algunas particularidades. La adquisición del lenguaje, por ejemplo, no se da de manera espontánea. Sino que hay que proceder de manera distinta a como se hace, habitualmente, con niños que no padecen este problema. La adquisición en estos casos, es fruto de un aprendizaje intencional no natural.

Es fundamental que el niño pueda comunicarse, gestualmente, verbalmente, con todo su cuerpo, adquiriendo cada vez más formas para expresarse.

En los niños sordos prevalece el cuerpo como medio para establecer la comunicación. Para llamar su atención es necesario tocarlos y responderán haciendo lo mismo. Esto suele malinterpretarse por parte del entorno, que los tilda de agresivos o impulsivos. En general también tienen dificultad para aceptar cambios, son rutinarios, desatentos, ensimismados y ansiosos. Estas conductas son comprensibles, teniendo en cuenta que no es atractivo prestar atención a una conversación que no se entiende; lo que genera bronca y desinterés.

También pueden, algunas veces, mostrar rechazo ante el aparato auditivo. La pérdida auditiva puede ser leve o profunda. Si es leve, comienzan a hablar con poca precisión articulatoria y con ciertas alteraciones, cambia u omite letras. Si la pérdida es mayor, no pueden adquirir el lenguaje espontáneamente. Aunque establecerá algún código de comunicación con su familia y allegados. Habitualmente, los niños sordos dependientes siempre cuentan con algún familiar que desempeña el rol de interlocutor entre ellos y el mundo. A medida que crecen la cosa cambia. Comienzan los juegos en grupo, con reglas, etc. Esto para los niños sordos es sumamente complicado ya que no entienden la explicación porque no la escuchan, se pierden, etc.

Es muy importante en estas etapas que tengan contacto con otros niños sordos. Que compartan ámbitos de juego y aprendizaje, sobre todo aquellos que, en su familia, son los únicos que no oyen. Es común que dentro del grupo familiar una sola persona (en general la mamá) asuma el rol de comprender al niño sordo. Sin embargo, se recomienda que todos hagan el esfuerzo por comunicarse con ellos y estos a su vez lo hagan con varias personas.

Es fundamental que el clima familiar sea de amor, confianza, respeto y aceptación, para que el niño continúe expresándose espontáneamente, de la forma particular y única, además de brindarle la estimulación necesaria para que aprenda un lenguaje compartido más allá de lo familiar. Visto : Natulinea.com

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