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lunes, 8 de junio de 2009

Con Una "Banda" Pierda Peso.


De todas las técnicas restrictivas -y quirúrgicas-, diseñadas para el tratamiento de la obesidad, ninguna más eficiente -y menos costosa-, que la colocación de la banda gástrica. En Venezuela se aplica con éxito desde hace ocho años. Los expertos explican de qué se trata. Olvídese de las famosas grapas que tan malos recuerdos traen para muchas personas. Tampoco se trata de lo que se conoce como by-pass gástrico, esa especie de puente que conecta una parte reducida del estómago a la parte final del intestino delgado. A la hora de inclinarse por un procedimiento quirúrgico para reducir peso, en los casos de obesidad que así lo ameritan, las dos técnicas mencionadas están siendo desplazadas, en el gusto de los especialistas y de los pacientes, por el uso de la banda gástrica.

Esta técnica, que se viene aplicando desde hace unos diez años, es también una técnica restrictiva porque, como lo indica su nombre, restringe la ingesta de alimentos, sólo que lo hace de una manera mucho más eficiente y con menos complicaciones. Alfredo Sánchez, especialista en cirugía bariátrica, da una definición: "Es un dispositivo diseñado con material inerte que se coloca en la parte superior del estómago para hacer del mismo una especie de reloj de arena". El especialista muestra la banda al tiempo que da la explicación. Ante los ojos, entonces, un cable de silicona que, por un extremo, tiene la banda propiamente dicha, es decir, la zona del mismo que se va a colocar alrededor del estómago y que quedará como una especie de anillo inflable, que apretará en mayor o menor medida al órgano de la digestión; por el otro, un dispositivo de metal -un portal de titanio-, que servirá, después de realizarse la operación, para inyectar líquido a la banda (de esa manera se infla o se desinfla), y que termina colocándose debajo de la piel en el costado izquierdo de la persona.

Sánchez ha hablado de reloj de arena porque el estómago, una vez puesta la banda, pareciera tomar esa forma: a la sección superior, mucho más pequeña, los doctores le llaman reservorio. Es allí donde llegarán los alimentos que, en menor cantidad, provocarán la sensación de saciedad, y eso porque así lo indicarán los receptores que mandan las señales de llenura al cerebro. "La banda gástrica induce una temprana o rápida sensación de llenura. Lo que produce una disminución de la cantidad de alimentos ingerida". Esta sensación de llenura, al contrario de lo que sucedía con otros procedimientos quirúrgicos, permanece en el tiempo. Esto es posible porque los alimentos que llegan al reservorio van descendiendo, lentamente, al resto del estómago (la parte baja y más grande del reloj de arena), lo que permite que sean absorbidos por el cuerpo tan bien como antes de la operación.

"El sistema digestivo no ha sido alterado. La reducción de peso será lograda por el hecho de que simplemente se sentirá la necesidad de comer pequeñas cantidades de comida". ¿Qué tan pequeñas? Ligia Raaz, también especialista en cirugía bariátrica, responde: "El reservorio puede contener entre unos 50 y 60 cc., lo que equivale a terminar comiendo lo que cabe en un plato de postre". Pero no se asuste, según la especialista, con ese pequeño plato, terminará sintiéndose satisfecho y consumiendo los nutrientes necesarios para su buena alimentación, por supuesto siguiendo las recomendaciones de un buen nutricionista. ¿La buena noticia? No sólo lo sencilla y segura que es la intervención, sino los resultados que de ella se obtienen: al primer mes se pierden entre 10 y 14 kilos (si es hombre) o entre ocho y 10 kilos (si es mujer). Luego, se sigue bajando de peso a razón de dos kilos por mes. "Quizás pueda parecer más lento, pero es más natural, y no hay cambios drásticos en el metabolismo", apunta Raaz. Los cambios son asombrosos a juzgar por la cantidad de material fotográfico que muestran de sus pacientes.

La colocación de la banda gástrica no requiere de una operación a vientre abierto. Como ya se ha dicho, se realiza mediante laparoscopia, por lo que los cortes en la piel son cuatro o cinco, el mayor de 1,5 centímetros de longitud. Los especialistas muestran un video donde se puede apreciar la intervención. Sorprende ver que todo el procedimiento es muy preciso, y muy limpio, en el sentido de que las incisiones para situar la banda alrededor del estómago, son pocas y con muy reducida presencia de sangre (quizás esto obedece a que no hay cortes, engrapados o recesión de ninguna parte del estómago ni de los intestinos). La "operación" suele tardar media hora, y, por supuesto, requiere de anestesia general. Sólo se requieren tres horas de hospitalización y el paciente puede devolverse el mismo día a su casa. La reincorporación al trabajo suele demorar dos días.

La banda que colocan Sánchez y Raaz en Venezuela es de la casa francesa Medical Innovation Development, y tiene por nombre Midband. Difiere un tanto de la banda utilizada en Estados Unidos, y aprobada por la FDA, Lap-Band, sobre todo en que es de material mucho más flexible, por lo que no ejerce tanta presión al estómago. Los especialistas aseguran que la banda europea es mucho mejor, razón por la cual en su consulta atienden a muchos pacientes estadounidenses deseosos de colocarse esta última (cambiándose, incluso, la que ya les han colocado en su país). Raaz explica por qué la banda, de tamaño estándar, es ajustable: "Lo que se ajusta es el paso de comida desde el reservorio al resto del estómago. Cuando se inyecta más líquido a la banda esta aprieta más y restringe el paso del alimento. Si, por ejemplo, el paciente vomita, es porque está muy ajustada la banda. Si por el contrario, el paciente sigue comiendo mucho, hay que apretar". Tanto el llenado como el vaciado de la banda se realiza a través del portal de titanio que el paciente lleva debajo de la piel y que está al alcance de la aguja de una inyectadora. No se había dicho hasta ahora, pero este procedimiento, a diferencia de las grapas o del by-pass gástrico, es reversible, lo que quiere decir que la banda se puede retirar en una operación que dura diez minutos, aunque los especialistas aseguran que lo ideal es conservarla para siempre, y así asegurarse de que el peso se mantendrá durante muchos años.Una vez realizada la operación, el paciente sólo podrá ingerir líquidos durante tres días. Luego, tendrá que pasar otros tres días consumiendo papillas y purés.

De allí en adelante puede comer con normalidad, entendiéndose por normalidad las pequeñas raciones con las que se sentirá satisfecho y a las que tendrá que acostumbrarse, pues como muy bien lo expresa Raaz, el paciente tiene, también, que adaptarse, mentalmente, a su nuevo estilo de vida. "No hay dieta especial, puede comer alimentos de todo tipo, siempre con las recomendaciones de un nutricionista. Debe procurarse una alimentación balanceada. Los requerimientos básicos caben en un plato de postre. Los pacientes a los que se les coloca la banda terminan comiendo entre 1.000 y 1.100 calorías al día. Además, aprenden a escoger los alimentos, los más sanos y los que aportan más beneficio a su organismo". Incluso la carne tiene su lugar en el menú de estos pacientes, sólo que la especialista hace una advertencia: "si es una persona floja, que no mastica, se le recomienda carnes molidas o muy blandas. Pero quien se sienta a comer con paciencia no tiene problemas".

Por tratarse de una operación realizada mediante laparoscopia, no se presentan las complicaciones que usualmente aparecen cuando se tratan de intervenciones a vientre abierto. Al permitírsele al sistema digestivo seguir trabajando de la misma manera también se previenen malestares que aparecían cuando se preferían las grapas o el by-pass. Con todo, existen dos tipos de complicaciones con el uso de este tipo de bandas, el deslizamiento y las migraciones. Sánchez explica de qué se tratan: "La migración se produce cuando la banda penetra la pared del estómago, como si éste se la tragara.

Afortunadamente, estas migraciones no se presentan con la Midband. Sólo se han dado casos con el uso de otro tipo de bandas, mucho más rígidas o de alta presión. En estos casos se pierde la operación, aunque no corre riesgo la vida del paciente. El deslizamiento, por su parte, ocurre cuando la banda cambia de sitio. Esto ocurre cuando el paciente no se adapta al cambio y pretende seguir comiendo igual que antes. Es entonces cuando la persona empieza a vomitar y dice que ya no puede tomar ni agua. Acá es necesario volver a cirugía y recolocar la banda. Este deslizamiento sólo se presenta en 1% de los pacientes". De allí la importancia de cambiar los hábitos alimentarios.

Este procedimiento está indicado para personas con obesidad mórbida en adelante. Se habla de obesidad mórbida cuando el IMC está por encima de 40 (12 kilos o más de sobrepeso aproximadamente). Si el sobrepeso está causando enfermedades que afectan otros órganos o sistemas, también se es candidato. Igualmente, se debe tener una edad entre 18 y 65 años (aunque hay casos de excepción que lo ameritan). Los casos de personas con el síndrome del yo-yo también son adecuados para este tipo de tratamiento. Las contraindicaciones son pocas: enfermedades psiquiátricas, algunas enfermedades metabólicas -aunque si están controladas, como en el caso del hipotiroidismo, no hay problema-, y casos de cáncer no controlados. Por lo demás, es una operación indicada para quienes sufren de diabetes, quienes son hipertensos y cardiópatas. Fuente : ELUNIVERSAL.COM

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