Augusto Rodríguez con algunos de los enfermos de lepra con los que trabajaba. A la izquierda y a la derecha, algunos de los rostros de esta cruel enfermedad. Augusto Rodríguez
El vigués Augusto Rodríguez retrata la realidad del país africano tras su voluntariado. VIGO La luz más maravillosa del mundo; la falta de electricidad y agua. Las miradas limpias y directas de la gente; la resignación de una mujer comida por la lepra. La alegría, los bailes; la incomunicación. La hospitalidad; la muerte.
Mozambique es un país de contrastes que entusiasma y aterra en la misma proporción. El reportero gráfico vigués Augusto Fernández ha pasado dos meses como voluntario en las localidades de Pemba y Metoro (Cabo Delgado). Colaboró con una asociación de leprosos, un grupo de alcohólicos y con los reclusos de la prisión de Pemba. Su cámara captó el rostro más amargo de este rincón de África, pero también enfocó las sonrisas, los bailes en las calles y los esfuerzos por crear una esperanza.
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