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jueves, 3 de julio de 2008

EL CONTROL DE CAMBIO

1) el control de cambio es el peor mal que un gobernante puede imponerles a los ciudadanos, porque limita su libertad de manejar el fruto de su trabajo, atender sus necesidades y ahorrar para la vejez; 2) el control y su sistema de cambios diferenciados genera profundas distorsiones y es discriminatorio, pues privilegia a unos y castiga a otros. Un ejemplo son los inmigrantes y empresas extranjeras: los primeros envían remesas a toda su familia, los segundos, utilidades; se beneficia a los extranjeros sobre los nacionales.

En el caso venezolano es el Gobierno, dueño de 90% de los ingresos de divisas, cuya venta controla. Además, la culpa de los "vende patria" que se llevan los dólares es de los incentivos establecidos por el Ejecutivo para que los venezolanos mantengan bolívares sólo para transacciones porque la inflación, la devaluación y las opciones para ahorrar internamente se comen el ingreso real, y todos buscan protegerse del monstruo de la pérdida de valor inducida por el intervencionismo estatal. La inflación en lo que va de año es 28%, pero el índice no refleja la realidad de lo que realmente ha sido el incremento del costo de las necesidades fundamentales de cada familia: al menos 40%.

La tasa oficial del bolívar no es 2,15 por dólar, pues este no se consigue. La devaluación 1997/2007 fue superior a 1.000%, y en abril 2008, 30%. Por ello la inflación no tiene límites. Además, con las nacionalizaciones de empresas, las opciones de inversión que ofrecía el mercado de capitales se han reducido a su mínima expresión. Las tasas de interés de depósitos son de 17%, o sea, 65% negativas.

El control de cambio conlleva un conjunto de vicios.

1) Contiene múltiples mecanismos para violarlo: sobrefacturación de importaciones, subfacturación de exportaciones, deudas falsas y ventas de cupos. Ello genera mercados subterráneos de toda clase que fomentan la corrupción más extendida.

2) El propósito de mantener estabilidad de precios no se logra porque el gasto fiscal excesivo abre la brecha entre el tipo de cambio oficial y el de permuta, y los precios de bienes se fijan por este mercado generando mayor inflación. Como el Gobierno controla precios internos, se genera escasez.

3) El control sólo beneficia al Gobierno y a grupos que privilegia, que no son los 11 millones de pobres según las cifras oficiales del INE. Para ellos, como concesión graciosa, el 1º de mayo anunció un aumento del salario mínimo de 30%, pero desde 1998, en términos de dólares, éste había descendido 37%, y en términos de bolívares, cifras oficiales indican que venía declinando, con un repunte marginal en 2004/2006. ¿A quién favorece el aumento? 6 millones, de los 12 millones de la masa laboral, están en la economía informal; 1 millón son empleados públicos y 5 millones privados. De estos últimos, difícilmente la pequeña y mediana industria podrá incrementar salarios sin tener que despedir a trabajadores para dar el aumento. Esas medidas generan desempleo y aumentan astronómicamente la brecha entre pobres y ricos.

4) No es verdad que se recuperaron las reservas internacionales. Todo lo contrario, para mantener el cambio oficial a Bs. 2,15, se requieren reservas por $71.220 millones y sólo cuentan con $ 33.534 porque el Gobierno sacó las reservas del Banco Central de Venezuela (BCV). La falta de respaldo del bolívar es lo que genera la inflación creciente.

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