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viernes, 14 de mayo de 2010

Salud - Hipertensión Arterial: pequeños Consejos Prácticos.

El corazón con sus latidos bombea sangre al resto del cuerpo. Cuando se contraen sus paredes musculares, bombea la sangre, que al salir del corazón ejerce una presión sobre las paredes de las arterias. Al contraerse el corazón, esta presión arterial es la tensión arterial sistólica (también llamada alta o máxima); cuando se relaja (para que entre sangre de nuevo en sus cavidades), la presión arterial es la tensión arterial diastólica (también llamada baja o mínima).

Se Habla de hipertensión arterial cuando se detectan cifras de presión arterial por encima de un valor que, por consenso, se ha fijado en 140/90 mmHg. La primera cifra hace referencia a la presión arterial sistólica y la menor, a la presión arterial diastólica.

Los niveles aconsejados de una tensión normal no deben superar los 130 mmHg para la máxima o sistólica y los 85 mmHg para la mínima o diastólica. Los especialistas consideran que una persona mayor de 18 años es hipertensa cuando la tensión máxima es mayor de 140 o la mínima es superior a 90.

La tensión arterial normal varía según la edad y el momento concreto del día en que se mide. Por ello, es recomendable realizar una serie regular de mediciones para saber los niveles medios de tensión arterial. Los expertos aconsejan medirse la tensión tres veces seguidas (con un intervalo de 5 minutos entre cada una de ellas), en tres días diferentes y en condiciones de reposo.

Aunque no presenta síntomas hasta que su gravedad es extrema – de ahí que se conozca a esta enfermedad crónica como el asesino silencioso- hay que estar alerta a señales como: sangrado por la nariz, dolores de cabeza, vértigo, confusión, alteraciones visuales y náuseas o vómitos.

Prevención: la mejor aliada

El control de la hipertensión conlleva una reducción de entre un 20 y un 30% de la mortalidad cardiovascular. Prevenir a tiempo es sencillo, sobre todo si se siguen los consejos de los expertos:

•Si te ha sido diagnosticada hipertensión arterial y se te ha aplicado un tratamiento, sigue rigurosamente las instrucciones médicas.

•Lleva a cabo una dieta equilibrada, evitando las grasas y reduciendo el consumo de sal. Esto último es fácil, no añadas sal a los alimentos (ni al ingerirlos ni al cocinarlos, utiliza especias como alternativas), evita las carnes precocinadas, los embutidos, la mayonesa, la mantequilla con sal, el queso y el exceso de pan. Es recomendable tomar frutas, verduras y alimentos ricos en fibra.

•Haz ejercicio físico con regularidad. Lo mejor: 30 minutos andando cada día a paso ligero y sobre superficie lisa. Aparte del efecto beneficioso del ejercicio sobre el sistema cardiovascular, el objetivo es perder el peso sobrante, lo que provoca que la tensión arterial baje automáticamente. No en vano el sobrepeso es uno de los principales factores desencadenantes de esta patología. Además, te ayudará a luchar contra los efectos negativos del sedentarismo y del estrés que dominan nuestra vida diaria.

• Evita fumar y si bebes alcohol, hazlo de forma moderada.

Visto : Phyto-esp.com

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