Todos los especialistas coinciden en calificarlo como un asesino silencioso, ya que sin dar previo aviso, se presenta, afectando directamente a nuestro organismo. Y es que órganos tan importantes como el corazón, riñón, aorta, cerebro y hasta las glándulas suprarrenales se ven seriamente influidos por una presión arterial excesivamente alta o por el contrario muy baja, lo que a su vez deteriora seriamente la calidad de vida de quien padece esta afección.
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