
En solo unos pocos meses, la pandemia de coronavirus ha alterado la vida cotidiana de las personas en todo el mundo. Con más de 30 millones de personas desempleadas, se prevé una recesión inducida por el coronavirus hasta 2021.
En medio de las órdenes de quedarse en casa, los trabajadores de oficina han abandonado sus desplazamientos diarios al trabajo y las empresas luchan por encontrar un camino a seguir mientras las restricciones se levantan lentamente.
Después de la pandemia, es probable que muchas empresas y ejecutivos dividan su tiempo entre trabajar desde casa y desde una oficina corporativa.
Con más personas trabajando de forma remota, las empresas abrirán más centros regionales o proporcionar acceso a espacios de trabajo conjunto donde sus trabajadores estén concentrados en lugar de tener a la mayoría de su fuerza laboral en una oficina central.
La mayoría de las reuniones podrían reemplazarse por correo electrónico y mensajería instantánea.
Podría ser el final de un viaje de negocios tal como lo conocemos. Se adopta el teletrabajo a gran escala y las empresas intentaran reducir costos y equilibrar sus presupuestos.
Los edificios de oficinas pueden convertirse en instalaciones para reunirse, mientras que el trabajo enfocado se realiza de forma remota.
La evaluación médica obligatoria en el trabajo podría convertirse en la norma y los compañeros de trabajo podrían acercarse aún más.
Aunque es probable que la informalidad comercial siga siendo la norma en las oficinas, dos nuevos tipos de vestimenta también podrían surgir de la pandemia: el aumento del uso de la oficina de trabajo desde el hogar y las máscaras faciales como un accesorio socialmente obligatorio.
El horario estándar de oficina podría convertirse en cosa del pasado, los puestos de gerencia media podrían reducirse para siempre, la automatización podría acelerarse y una mayor demanda para cerrar la brecha digital (acceso a Internet)
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