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viernes, 3 de abril de 2009

¡Haga Algo!


No es difícil identificar el estrés en los empleados. Quienes sufren de este mal comienzan a reportarse enfermos con más frecuencia, su temperamento explota más a menudo, y se les nota en la cara. El estrés en el trabajo cuesta a las empresas unos us$ 300 millones al año, en ausentismo, rotación de personal, menor productividad y mayores costos médicos, entre otros.

La respuesta frecuente de las empresas ante el estrés de sus empleados es atacar los síntomas, con beneficios adicionales como almuerzos gratis, masajes o membresías en gimnasios. Pero estos son remedios para salir del paso, que no atacan los verdaderos problemas estructurales que encuentran los individuos en su trabajo: descifrar sus confusas responsabilidades, hacer malabarismo con varias fechas tope o equilibrar el trabajo con la familia.

En ocasiones, es relativamente sencillo atacar el problema. Pueden ser acciones tan simples como limitar las reuniones departamentales a 30 minutos, mejorar el proceso de orientación a nuevos empleados, o visitas periódicas del supervisor a cada persona para asegurarse que todo esté bien.

Algunas empresas grandes, que se han dado cuenta de la necesidad de atacar las causas del estrés, han comenzado programas de reducción, que comienzan con una evaluación en línea de cada persona, que es evaluada por una empresa externa, y según los resultados, se diseña un plan individualizado.

Lo importante es comenzar una conversación con los empleados sobre el estrés – de dónde viene y cual es la parte más molesta de sus trabajos. Es una conversación simple pero valiente. Es especialmente recomendable para empresas pequeñas, puesto que tienen menos personas con las que conversar.

La necesidad de atacar las fuentes de estrés en el trabajo seguramente aumentará con el tiempo, a medida que avance la tecnología, se profundice la globalización y se persiga con más insistencia la innovación. Dar los primeros pasos hoy puede traer grandes resultados en el futuro.
http://www.entrepreneur.com/magazine/entrepreneur/2008/march/190096.html

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